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Cuando tienen los datos necesarios o piensan que ya no hay que esperar más, estos "santateresos" eligen el momento y atacan con sus patas delanteras, a modo de hachas, con el objetivo de destrozar a “Hachazos[2] limpios” a sus semejantes, sean éstos socios, colaboradores, clientes, acreedores o, incluso, terceros que pasaban por allí. Porque estos "humanos" sean despreciables y malsanos, no le pongamos al insecto el sambenito de dañino.
Según McGavin[3], la mantis religiosa no es venenosa, pero solitaria salvo en la época de reproducción. En raras ocasiones, durante y tras el apareamiento la hembra se come al macho. Cierto que utiliza sus fuertes y rápidas patas delanteras para atrapar a sus presas y devorarlas vivas, pero solo para alimentarse, siendo capaz de cazar ranas, lagartijas, pequeños ratones y colibríes.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Caballeros blancos. 2007. Sitio visitado el 10/10/2011.
[3] Velasco Carretero, Manuel. Hachazos. 2011. Sitio visitado el 10/10/2011.
[3] McGavin, George C. Órdenes de los insectos: Los insectos alados: Mantodea. Entomología esencial. Ed. Ariel. 2001.