Eso me ha pasado en estos días de descanso, lo que no ha impedido asistir ayer a la invitación a almorzar de un amigo, José, por santo, claro. Fui moderado con el vino, pero me comí dos espetos de sardinas que estaban de rechupete. Volviendo a lo de las agendas organizadas, uno de los trucos que me enseñaron hace unos años, y que intento aplicar con distinto acierto, es juntar actividades similares y ejecutarlas de una sola vez.
Por ejemplo, si tengo que contestar correos electrónicos no urgentes, los voy dejando para determinada hora de la tarde. De esta forma, lucho por disponer de tiempo sin estorbos lo más dilatado posible. La forma de organizar tu jornada laboral, por bloques, tandas o grupos, ya sea con las llamadas telefónicas, los correos, las entrevistas, las reuniones… posibilita no quebrantar sucesivamente la agenda.
Pero lo más importante para mí es que esa técnica genera un aprovechamiento o fructificación de ese esfuerzo, empuje y ánimo, en un conjunto de tareas concreto o similar, en vez de saltar constantemente de una actividad a otra, cual abeja de flor en flor. Te dejo el vídeo "El vuelo del abejorro", subido a Youtube por extremeluisbith. Imagen incorporada posteriormente; fuente: archivo propio.