La noticia de ayer, de que trabajadores de Air Comet increparon a Díaz Ferrán (europa press), hace pensar en el desacreditado dibujo que ha conseguido la clase empresarial, al ser considerada la responsable de la crisis. Si los empresarios decentes no quieren pagar el pato, deben condenar el hecho de que toda su comunidad está siendo calificada por los deslices, estafas e infracciones de unos cuantos, sin olvidar que la referida crisis fue consecuencia de la distracción consciente de un subsector específico del tejido empresarial, el correspondiente a los banqueros, que concedieron financiación sin criterio, y de la Administración Pública, que no aplicó los controles adecuados, no legisló para evitar males mayores y no se preocupó de los “ciclos económicos”. No nos olvidemos que las empresas han posibilitado el avance hacia el bienestar y el progreso. Sin embargo, la corriente de opinión que está cogiendo mayor fuerza entre las personas de bien, es que la empresa es alentadora de avaricia y acaparadora de poder, dejando a un lado los aspectos positivos que realmente aporta el mundo empresarial. El debate está servido (imagen de mardelsitio.com).