Interesante convivencia la que mantuve ayer, entorno a un arroz negro y un vino similar al del sábado (ver post De escándalo). En la sobremesa escuché a los dos amigos en una documentada tertulia, acerca de los directivos o colaboradores que ejercen, coyuntural o estructuralmente, de abusadores, groseros o mafiosos. José comentó la lectura de un libro de Robert Sutton, “The No Asshole Rule”, donde el autor los llama “hijos de puta”. Ciertamente, este tipo de perfiles forma parte de cualquier organización privada o pública, da igual.
Según José, Sutton apunta formas de detectar a estos patanes: cuando el susodicho hace sentir menospreciadas a las personas que lo rodean, cuando ataca a un colaborador de menos poder o cuando se tiene la sensación de que uno se está sintiendo acongojado o agobiado por una manzana podrida. Por lo visto, estos matones inciden muy negativamente en las cuentas de resultado a medio plazo de las compañías. Curiosidad me ha entrado por hojear el texto. Que tengas una proactiva semana. Ánimo (imagen del libro; fuente: amazon).