martes, 30 de septiembre de 2008

¿Macro Hospital?

Fuente de la imagen: pinterastudio en pixabay
Me invita Miguel Ángel Heredia a que me adhiera al respaldo social al nuevo Gran Hospital de Málaga (ver noticia en Málagahoy). Tienes mi apoyo, Miguel Ángel. No me disgusta la idea, como tampoco la de un tercer hospital, que fue rechazada en comisión parlamentaria (ver noticia en La Opinión de Málaga). De hecho, estimo que, política de letra pequeña aparte, son complementarias para ese proyecto de nueva ciudad hospitalaria en Málaga capital. También, coincido en la necesidad de consenso institucional (Ayuntamiento, Junta… en fin, los de siempre). Lo que sí me gustaría trasladarle a Heredia, desde este modesto sitio, es que en estos momentos de crisis, se hace más necesario que nunca una decencia, ética de actuación y gestión efectiva de los recursos hospitalarios, desde su concepción (miramiento en los costes de los estudios preliminares, las licitaciones de obras correspondientes), hasta el día a día, pasando por la puesta en marcha, la contratación de servicios, etc. 

Quizás, la gestión de un hospital con herramientas de gestión empresarial, podría ser interesante. Si me dice que eso ya se estila desde hace tiempo, diré que muy bien, pero que como usuario no lo percibo. Sé que la Junta lo intenta. En la segunda quincena de octubre del año 1993, un contacto de Marbella (España), que conocí en mi estancia en euromarket, me animó a presentarme a un proceso de selección para director de auditoría interna del, apunto de inaugurarse, Hospital Costa del Sol. Me chocó la oferta de trabajo por lo novedoso. ¿Un hospital público seleccionando un departamento de auditoría interna? Pensé que reunía los requisitos descritos en el anuncio (había realizado el programa de doctorado en dirección estratégica, ejercido como gerente de auditoría externa y tres años de experiencia como director de auditoria interna en una organización de muy decente tamaño), así que eché mi CV al correo. La empresa encargada de la selección creo que era Dopp Consultores.

Al poco, me hicieron una entrevista telefónica y, después, me citaron en un bonito edificio, situado en la Avenida de la Palmera, Sevilla (España). Recuerdo que me hicieron pasar a una sala donde había un ejemplar del ABC, otro de El País y un tercero de un medio local (entonces, ya era lector asiduo de esos dos periódicos). Después, fui sometido a unos tediosos exámenes psicotécnicos y más pruebas. Luego, pasé a la entrevista personal. Ahí quedó todo. Supongo que, muy a mi pesar, no di la talla. No obstante, al tiempo el contacto me comentó el resultado de la selección. Desgraciadamente para el hospital, me parece que el elegido no duró lo previsto; pero esa es otra historia. Me ilusionó la idea y me presenté a la selección porque me enteré de que era un proyecto piloto de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, para practicar con formas diferentes de organización hospitalaria, aplicando herramientas de gestión empresarial, con el objetivo de mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios.

Posteriormente, me consta que ha recibido distinciones y acreditaciones del exterior. Sin embargo, reitero que, como usuario y observador, no acabo de ver los resultados de esta implantación en el resto de centros hospitalarios. Termino: ¿Será una cuestión de cultura empresarial vs cultural funcionarial? Ahora que lo pienso: ¿Macro hospital? ¿No sería magnificar las deficiencias de los hospitales? ¿Por qué no unidades hospitalarias autónomas, gestionadas y coordinadas con herramientas empresariales, entorno a un núcleo proactivo, empático, de dirección, en parte, colateral y gestión colegiada? (imagen de la Wikimedia Commons: un médico visitando a los enfermos en un hospital; grabado alemán de 1682). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: pinterastudio en pixabay.