lunes, 7 de enero de 2008

Ser o no ser ingenuo

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Si bien, en nuestra actividad profesional o empresarial, no hay nada más innovador que ser uno mismo (M. Velasco, 2003)[1] con cada uno de los interlocutores, sean colaboradores, accionistas, clientes o proveedores, tampoco hay que ser tan ingenuo, hasta el punto de tratar a todo el mundo de la misma manera, ya que sus intereses y sus personalidades son diferentes.

Es un desajuste protocolario en el que a veces suelo incurrir y, si bien a medio/largo plazo sus efectos son moderadamente positivos, en el día a día me genera sensibles distorsiones y malos rollos, lo que podría considerarse como puñaladas traperas (M. Velasco, 2007)[2]. Te dejo un vídeo[3], acerca de si los directivos deben ser o no ser ingenuos[4].
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[1] Velasco-Carretero, manuel (2003). El Sol también sale mañana. Sitio visitado el 07/01/2008.
[2] Velasco-Carretero, manuel (2007). Puñaladas traperas. Sitio visitado el 07/01/2008.
[3] Resumen de un network de Pascual Montañés, profesor del Instituto de Empresa.
[4] Subido a Youtube por IEcommunties. Sitio visitado el 07/01/2008.