lunes, 25 de diciembre de 2006

El limbo de los SMS

Hemos caminado por el paseo marítimo de Torremolinos (Málaga, España). 

Lucía un sol insultante y una temperatura que se agradece, después de esta necesaria lluvia y el húmedo frío que acompaña en estas latitudes.

He encendido el teléfono móvil y en las dos horas y pico del placentero recorrido, no ha parado de sonar el pitido de recepción de mensajes (me pregunto si existe un limbo de mensajes que nunca llegan), a riesgo de tambalear la productividad del viejo pero eficiente Nokia. Han sido innumerables, emotivos, calurosos, ricos y originales los SMS recibidos. 

A título de ejemplo, resalto varios:
“Cuando recibas este SMS cierra los ojos e imagina los momentos más felices de tu vida; eso es lo que deseo para ti”
”La vida es aquello que pasa mientras estás ocupado en otras cosas, como la Navidad. En ésta y en la de los años venideros deseo de todo corazón que tu ocupación sea vivir intensamente cada momento, llenos de salud, paz, amor, prosperidad y solidaridad”
“A la buena gente habría que felicitarla todo el año, pero como eso costaría un pico y está la cosa regulín, nada más guarda el SMS y lo lees todos los días”.
Todos serían dignos de copiarlos, pero, entonces, esto no sería un post, sino un compendio de varias páginas. Termino con el enésimo de mi hermana mayor:
“Pero ¿dónde estás? Te estamos buscando por todas partes. Tienes que volver urgentemente. Eres demasiado importante y, además, sabes muy bien que no se puede hacer el belén sin el burro ¡Felices Fiestas!”
Gracias a tod@s.