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Sé que en la Red se estila otro tipo de tratos y cortesías, pero: ¿Cómo puedo mantener una relación virtual proactiva con cada uno de ellos? Vía herramientas varias, procuro aportar o emitir periódicamente un granito de información al resto de los nodos a los que estás interconectado, pero no puedes ni debes estar veinticuatro horas dando caña. Tampoco es cuestión de colgar todo lo que te ocurra o pienses en cada minuto de tu vida laboral (y puedas contarlo, claro está). Hay que separar el grano de la paja, antes que el receptor lo haga, se canse de tu flujo de información y te mande freír espárragos, echando por tierra el pasado y el previsible futuro de la relación. Llegado el caso, serás el único culpable.
Para atenuar las preocupaciones anteriores, procuro establecer categorías de personas, en función de su especialidad, ámbito geográfico o tipo de relaciones, lo cual, en determinado momento, me permite interaccionar de manera concreta o particular con cada grupo. Un tema importante es tener claro cuál es tu objetivo. Cuando esté despejado el fin, la masa se irá formando en función de esa meta. También, procuro ir actualizando los criterios de aceptación de contactos en base a las necesidades presentes y, sobre todo, futuras, de relaciones profesionales, pero siempre teniendo en cuenta el propósito o intención.
Me gusta cuando reconozco en la calle a personas que forman parte de mi Internet. Poco a poco, se va generando una emigración de la red tradicional a la virtual, teniendo esta última cada vez más peso, por cuestiones obvias de comunicación, pasando la tradicional a constituirse en la materialización o ejecución real de lo acordado en lo virtual y residuo de aquellos contactos que respetas y que se niegan a dibujarse un perfil en la Web. Que tengas una positiva semana laboral