Esencia de Langhe

Fuente de la imagen: Barolo. Sitio vinopost (M. Velasco, 2025)

Y seguimos deleitándonos en el hogar de Juan y María (M. Velasco)[1], con la degustación de vinos de otros países. Esta mañana reseño Barolo (M. Velasco, 2025)[2], aclamado por algunos como el "Rey de los Vinos", joya enológica originaria de la región de Piamonte, norte de Italia, tinto que se elabora con la uva Nebbiolo, variedad de las colinas de Langhe, procedente de Castiglione Falletto, uno de los pueblos históricos de producción de este apreciado vino, donde se cultivan los Barolos más ricos, con mayor cuerpo y mayor potencial de envejecimiento. El Barolo se elabora con uvas Nebbiolo, y en el suelo altamente calcáreo, vid fértil que produce solo unos pocos racimos muy valiosos y potentes. Una vinificación meticulosa, seguida de una larga maduración en barricas de roble francés, siguiendo la tradición ancestral, completa sus características y cualidades especiales. Es conocido por su estructura imponente y su notable capacidad de envejecimiento. En su juventud, presenta un color rojo granate intenso, con aromas que evocan a la rosa, la violeta, la cereza y la trufa. En boca, es un vino tánico, con una acidez vibrante y un cuerpo robusto. Con el paso de los años evoluciona, adquiriendo más suavidad y complejidad, con aromas que se transforman, revelando notas de cuero, tabaco, especias y frutos del bosque.

Según el sitio virtual de la institución vitivinícola, la historia de Barolo se remonta a siglos atrás, pero su reconocimiento como uno de los grandes vinos del mundo se consolidó en el siglo XIX. La dedicación de productores apasionados, combinada con las características únicas del suelo y el clima de la región, han dado como resultado un vino de una complejidad y elegancia incomparables. La región de Langhe, con sus colinas ondulantes y suelos calcáreos, juega un papel fundamental en la singularidad del Barolo. El clima continental, con inviernos fríos y veranos cálidos, proporciona las condiciones ideales para el cultivo de la Nebbiolo. La topografía de la zona, con sus laderas bien expuestas, permite que las uvas alcancen una madurez óptima. En cuanto a su elaboración, es un proceso que combina tradición e innovación. La vendimia se realiza de forma manual, seleccionando cuidadosamente los mejores racimos. La fermentación se lleva a cabo en depósitos de acero inoxidable, seguida de una larga maceración que extrae todo el potencial de la uva. El vino envejece durante un mínimo de tres años, de los cuales al menos 18 meses deben transcurrir en barricas de roble. Este período de crianza es esencial para domar los taninos del Nebbiolo y desarrollar la complejidad aromática del vino. Fuente de la imagen: mvc.

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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2025). La esencia de Vilano. Sitio visitado el 17/5/2025.

[2] Velasco-Carretero, Manuel (2025). Barolo. Sitio vinopost. Visitado el 17/05/2025.