jueves, 17 de abril de 2025

El Secreto Contable de las Asociaciones Exitosas

Fuente de la imagen: Gestión de Asociaciones (M. Velasco, 2008)
Cada vez que surge la pregunta sobre si las asociaciones en mi país están obligadas a llevar o no llevar contabilidad, me encuentro ante una oportunidad para clarificar un aspecto básico del funcionamiento de estas entidades. Apoyándome en la reflexión recogida en el sitio "Contable y Fiscal" (M. Velasco, 2012)[1], mi respuesta siempre se centra en la normativa vigente que regula el derecho de asociación, la cual establece de manera clara una serie de requisitos esenciales para asegurar su transparencia y buen hacer. Entre estos requerimientos, la obligación de llevar una contabilidad apropiada ocupa un lugar esencial. Según la legislación que ampara el derecho de asociación, estas organizaciones, más allá de mantener un registro actualizado de sus asociados y asociadas –una lista viva de quienes las integran–, deben implementar un sistema contable que ofrezca una visión fiel y precisa de su patrimonio, sus resultados económicos y su situación financiera general, lo que indudablemente implica la elaboración de un inventario detallado de sus bienes y la conservación de las actas de las reuniones de sus órganos de gobierno y representación. En conclusión, las asociaciones tienen la responsabilidad legal de llevar una contabilidad adecuada y transparente, lo que, además de ser un requisito normativo, es un menester lógico para su gestión interna y para mantener la confianza de sus asociados y del público en general, proporcionando el sistema contable claridad sobre la situación económica de la asociación, asegurando que se cumplan sus objetivos sociales de manera eficiente. 
Fuente de la imagen: Contabilidad de las Asociaciones. Sitio Contable y fiscal (M. Velasco, 2012)
La anterior conclusión puede conducir a reflexionar acerca de "qué contabilidad", es decir ¿Contabilidad Simple? ¿Contabilidad por Partida Doble? (M. Velasco, 2012)[1]. Es perentorio señalar que esta contabilidad debe adherirse a las normas específicas que les sean de aplicación a cada asociación, lo que significa que, dependiendo de la naturaleza de sus actividades, podrían existir regulaciones adicionales que deban cumplirse. Un principio rector fundamental es que los beneficios que una asociación pueda generar deben destinarse íntegramente a la consecución de sus fines sociales, sin que exista la posibilidad de distribuirlos entre sus miembros. Ahora bien, más allá de la disyuntiva entre aplicar una contabilidad por partida simple o por partida doble, mi recomendación profesional siempre se inclina hacia la partida doble. Considero que los avances tecnológicos actuales, la disponibilidad de programas contables asequibles y la creciente formación contable del personal administrativo hacen que esta opción sea perfectamente viable para todas las asociaciones. Los beneficios que aporta una contabilidad por partida doble en términos de gestión económica y financiera eficiente son, sin duda, muy superiores, ofreciendo una imagen mucho más completa y detallada de la salud económica, financiera y patrimonial de la organización, lo que facilita una toma de decisiones más informada y responsable. En definitiva, una contabilidad rigurosa es un pilar para la transparencia y la sostenibilidad de cualquier asociación. Fuente de la imagen: mvc; Contabilidad de las Asociaciones (M. Velasco, 2012).
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2012). Contabilidad de las Asociaciones. Sitio Contable y Fiscal. Visitado el 17/04/2025.