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Un cuarto de hora me tiré degustando esos embutidos, la morcilla, el chorizo y el salchichón, de la marca Famadesa. También, charlé con la azafata y el azafato (¿se dice azafato?). Sobre la marcha, decidí comprar los productos que amablemente me habían ofrecido. Eché en el carro mojama de solomillo de atún, de Ricardo Fuentes e Hijos, el pseudo cateto pan de Álora (que ha bajado de precio) y una lechuga de Cabra. No sabría decirte si estos productos maridaron con el vino. Como excusa, diré "vino y chorizo de Ronda", pero creo que buen provecho hicimos, terminando abriendo una botella de tinto Los Tinos. Mejor cena no podía haber sido. Embutidos con vino y amigos para recargar pilas: Chacina Emocional, diría. Te dejo una foto de una máquina para fabricar chorizos de manera artesanal, similar a la que utilizaba mi madre (fuente: Wikimedia Commons). Fuente de la imagen: mvc archivo propio.