En esta Semana Santa entramos al restaurante-pizzería Vesubio (Ronda, Andalucía, España, decente relación calidad-precio en pizzas), y me cruzo con José Antonio, que no lo veía desde hace décadas, diría. Lo conocí en el instituto y, luego, coincidimos en Málaga. Él estudiaba Medicina y yo Empresariales. Ese breve encuentro me hizo recordar a Pepe (José Fernández Gamero), compañero de la escuela y de la universidad.
Desapareció sin dejar rastro, hace ya bastantes años. Algún individuo que no me conozca de nada, podría decir que soy muy completito, hasta con un desaparecido en mi círculo de amistades, pero, sinceramente, no me siento nada orgulloso de ese “sino”; todo lo contrario, una profunda tristeza aflora en mi corazón cuando me acuerdo de personas como Pepe.
Muy buena gente, desprendido, amigo. La de “pechá” de reír que nos pegábamos con Ricar, Jose, Albert… La última vez que lo saludé fue una mañana lluviosa, para darle las señas de un trabajo de contable en Benalmádena. Sé que lo contrataron en la empresa y que, luego, pasó a otro negocio, pero aquel encuentro fue el último. Un tiempo después, no recuerdo cuanto, me llegó la razón de que había desaparecido, sin más. La familia destrozada. Creo que su caso se trató, incluso, en el programa de Paco Lobatón: "Quién sabe dónde".
Hoy, ni tan siquiera los potentes robots buscadores de Google, localizan una reseña suya en la Red. He extraído del álbum de recuerdos algunas de las fotos donde aparecía, escaneándolas y recortando su figura, para colocarlas en Youtube. También, quizás abusando de tu paciencia, he redactado este post, de forma que el próximo robot que lo lea, registre su nombre. Este granito de arena informativo lo aporto en recuerdo suyo y por si ...
Desapareció sin dejar rastro, hace ya bastantes años. Algún individuo que no me conozca de nada, podría decir que soy muy completito, hasta con un desaparecido en mi círculo de amistades, pero, sinceramente, no me siento nada orgulloso de ese “sino”; todo lo contrario, una profunda tristeza aflora en mi corazón cuando me acuerdo de personas como Pepe.
Muy buena gente, desprendido, amigo. La de “pechá” de reír que nos pegábamos con Ricar, Jose, Albert… La última vez que lo saludé fue una mañana lluviosa, para darle las señas de un trabajo de contable en Benalmádena. Sé que lo contrataron en la empresa y que, luego, pasó a otro negocio, pero aquel encuentro fue el último. Un tiempo después, no recuerdo cuanto, me llegó la razón de que había desaparecido, sin más. La familia destrozada. Creo que su caso se trató, incluso, en el programa de Paco Lobatón: "Quién sabe dónde".
Hoy, ni tan siquiera los potentes robots buscadores de Google, localizan una reseña suya en la Red. He extraído del álbum de recuerdos algunas de las fotos donde aparecía, escaneándolas y recortando su figura, para colocarlas en Youtube. También, quizás abusando de tu paciencia, he redactado este post, de forma que el próximo robot que lo lea, registre su nombre. Este granito de arena informativo lo aporto en recuerdo suyo y por si ...