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Quizás, acciones de organizaciones como CONAMA, atenúan un poco los desaciertos de esas cumbres. Cierto que Estados Unidos, en el último segundo, ¿aceptó? reducir sus gases de efecto invernadero y la ¿promesa? de los países en desarrollo[2], de que limitarían sus emisiones, de forma voluntaria y bajo supervisión de la ONU. Pero la Unión Europea tuvo que rebajar el acuerdo y renunciar a fijar objetivos de reducción de la contaminación.
O sea, pactos indefinidos o desdibujados[3], que en la práctica no compromete a los colosos, que se afianza en una descafeinada hoja de ruta, a modo de desesperada huida hacia adelante, y que lo único que presuntamente se ha conseguido[4] es constatar[5] una descoordinación total y una gran mezcolanza de auténticos intereses económicos y políticos, escondidos en continuas e insinceras intervenciones grandilocuentes[6]. Bienvenido al Mundo Feliz[7].
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[1] En el Palacio Municipal de Congresos del Campo de las Naciones, del 1 al 5 de diciembre del 2008.
[2] China, India, Brasil e Indonesia, incluidos.
[3] Por mucho que se quieran maquillar de éxito sin precedentes
[4] Además de salir en la foto.
[5] Ante las cámaras.
[6] De apoyo al Medioambiente.