jueves, 23 de agosto de 2007

Repellé y pinté

Fuente de la imagen: pasja1000 en pixabay
Extraje de la estantería el libro “1000 trucos de bricolaje”, que hace años me regaló Sebastián, y junto con un folleto de Bauhaus (días atrás compré allí los utensilios y barniz), donde se describe el proceso para enlucir grietas y cerrar agujeros, me puse a estudiar la técnica y a planificar el trabajo de reparación de las zonas del exterior de la casa, pintadas en albero, tonalidad típica de la arena de las plazas de toros, íntimamente ligada al mundo de la tauromaquia y que me gusta. El color ha soportado las condiciones extremas de calor y sequedad de los últimos años y estaba pidiendo a gritos una intervención quirúrgica.

Busco en el garaje un saco de repello, que se dejaron los pintores, para preparar la masa. Recordé que me aconsejaron un tercio aproximadamente de agua, pero que ésta debe ser tal que me permita mantener la mezcla durante el tiempo de la reparación. Localizo las grietas, desconchones y agujeros. Con la espátula golpeo la pared para detectar las zonas sensibles, aliso las protuberancias y realizo pequeños cortes, en forma de “v” para el tratamiento de las rajas. Limpio la superficie y la humedezco. Con los utensilios carroceros procedo a pringar las zonas implicadas, procurando movimientos rítmicos y certeros de las muñecas de las manos (no siempre los consigo). Una hora después, cuando le he cogido el punto, me doy cuenta que he terminado.

Por la tarde, me desplacé a Pinturas Andalucía, en el establecimiento que tienen en los Prados, a comprar color albero. Me sorprendo del precio, lo recordaba bastante más bajo. Me dice el dependiente que, efectivamente, hace años tenían una oferta, pero que la pintura es de máxima calidad. Le ruego que, si es posible, le traslade mis saludos a su director general, Miguel Ángel. Fue, también, mi director general a principios de los noventa del siglo pasado, cuando ejercí de responsable del departamento de auditoría interna del Euromarket de entonces[1]. Eran otros tiempos, aunque hay que reconocer que los actuales propietarios de la empresa (Cayetano) luchan comercialmente, como gato panza arriba, por mantener la enseña en la Costa del Sol. De las personas que he aprendido mucho en mi vida y que he percibido respeto y he respetado, una de ellas es Miguel Ángel.

Finalmente, después de un suave pulido para atenuar los excesos del repellado, procedo a aplicar la mano de pintura, no sin antes consultar otro folleto de Bauhaus y la página de la revista Consumer. Gomeo un poco el suelo. Me doy cuenta que el líquido está muy espeso y me arriesgo a mezclarle un chorro de agua. Perfecto. Tenía razón el empleado de la tienda. Cara pero buena. Caen algunas gotas, lógico, debido a mi inexperiencia. Cuando estoy animado, pensando que si me va mal en mi profesión siempre puedo dedicarme a pintor, me doy cuenta que la pared ha terminado. ¡Plaf! Mi gozo en un pozo. Recojo los utensilios y friego el suelo. Me ducho y preparo la cena. Previo a coger el sueño, me regodeo del trabajo realizado. Me sentí bien[2]. Fuente de la imagen: sxc.hu. Imagen incorporada posteriormente; fuente: pasja1000 en pixabay.
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[1] 21 supermercados, tres hipermercados, almacén regulador y marca franquiciadora.
[2] Ilustración del banco de imágenes del MEC.