Según The Economist, la mayoría de los ingleses quieren casas no adosadas con jardín y que los desarrollos de nueva construcción se hagan lo más lejos posible de sus hogares.
Para Kate fox, antropóloga social y autora de "watching the english", esto refleja una de las características del carácter inglés: una "fobia a la masificación y una obsesión con la privacidad".
Difícil lo va a tener el nuevo ministro británico Gordon Brown, aunque ha dejado claro que para su gobierno la vivienda será una prioridad fundamental.