lunes, 2 de abril de 2007

¡Esos cabellos blancos...

… que aparecen en nuestra cabeza! Las canas. Las mías fueron prematuras, repartidas por toda la testa, aunque se iniciaron iniciándose en las patillas. Me decía mi madre que eso era garantía de una cabeza con cabello. Mi peluquero, cada vez que voy a cortarme el pelo al uno, me dice dos cosas: que no me pele tan corto porque me alejaré del parecido a Clooney ¡Ja! y que me eche un tinte para quitarme las canas. 

Ni lo uno ni lo otro. Quizás es porque llevo unos años acostumbrado a ese color y desde que nací tengo poca frondosidad. De todas formas, sobre gustos no hay nada escrito y el que prefiera parecer más joven, cubriendo sus canas, pues que lo haga, pero que no sea de un modo excesivo e innegable ¡Que no se le vea el plumero! 

Pienso, que lo importante no es detener la edad, sino convivir con ella, caminar con ella, madurar a fin de cuentas, aprendiendo, sintiendo, disfrutando del santuario de tu cuerpo, viviendo al máximo (Formato de post modificado posteriormente. Fuente de la imagen: elaboración propia).