Mi profesor de contabilidad de costes en la escuela de empresariales, Rubén Candela, nos dijo un día en clase que, debido a la avalancha de información económica y financiera que se nos venía encima, y ante una futura situación profesional a resolver, el aprendizaje universitario también se encaminaría en saber detectar a tiempo qué fuente de conocimiento deberíamos dirigirnos a consultar, más que en meternos toda la información en la cabeza (algo así fue lo que interpreté).
Hoy, Rubén, presidente de la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf), critica los criterios perversos de Hacienda para determinar la productividad de la Inspección (leído en la pág. 34 de Expansión, 21/3/07) y no puedo estar más de acuerdo con su observación. El inspector, una vez que ha conseguido la detección de la cuantía no declarada por el contribuyente, prefijada para su bonus particular, puede que no encuentre más incentivo para seguir.
Apunta Candela que el refuerzo de los controles de los equipos de auditoría interna de la Agencia Tributaria, debe ser el sistema de control y evaluación de la calidad de la actividad de los inspectores. ¿Es que actualmente no es así? (Formato de post cambiado posteriormente. Fuente de la imagen: sxc.hu)