domingo, 4 de mayo de 2025

Un Tributo al Valle de Napa

Fuente de la imagen: Napa Valley Cabernet Sauvignon, Sitio vinopost (M. Velasco, 2024)
Otro de los vinos que degustamos en casa de Juan y María (M. Velasco, 2025)[1], fue un Napa Valley Cabernet Sauvignon (M. Velasco, 2024)[2], de la bodega californiana Black Stallion Estate Winery. Ciertamente, coincido con el amigo en que la búsqueda de la perfección, una filosofía que guía cada paso del proceso de elaboración, se manifiesta de manera elocuente en la añada 2019 de este Cabernet Sauvignon, tributo a la excelencia que define a los vinos del Valle de Napa, aunque con un carácter que se presenta, desde el primer momento, con una notable amabilidad y accesibilidad. A diferencia de otros ejemplares que exigen años de guarda para revelar su potencial, este vino se ofrece en su plenitud desde una etapa temprana, invitando a disfrutar de su armonía sin dilaciones. Su cuerpo, dotado de una estructura que equilibra riqueza y ligereza, su acidez vivaz y una complejidad que se despliega en capas, aseguran una experiencia sensorial completa y gratificante. Según se lee en el sitio digital de la institución vitivinícola, la crianza se extiende a lo largo de un año y medio en barricas de roble[3]

Al verterlo en la copa, el vino libera un abanico aromático de gran intensidad y complejidad. Las notas de cereza negra, rica y jugosa se entrelazan con la fragancia de arándanos secos, que aportan una dimensión de profundidad y concentración. Un elegante toque tostado de cedro, sutil pero persistente, añade una nota de sofisticación y complejidad, preludio olfativo que invita a descubrir las sensaciones que aguardan en el paladar, donde el vino se revela con una concentración y una textura aterciopelada que acaricia con finura y donde los sabores de frutos rojos, como la cereza y la frambuesa, se expresan con una viveza y una pureza que reflejan la calidad de la fruta. Toques de especias, como la pimienta negra o el clavo, añaden una dimensión de calidez y misterio y la fruta, madura, intensa y de gran concentración, se funde con taninos finos y sedosos, que aportan estructura y elegancia. La acidez, presente pero perfectamente integrada, asegura un equilibrio armonioso, aportando frescura y vivacidad. El final, largo y persistente, deja una huella indeleble, invitando a reflexionar sobre la complejidad y la armonía del vino.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2025). La esencia de Vilano. Sitio visitado el 4/5/2025.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2024). Napa Valley Cabernet Sauvignon. Sitio vinopost. Visitado el 4/5/2025.
[3] una combinación que incluye un 75% de roble francés, apreciado por su elegancia y sutileza, y un 25% de roble americano, que aporta notas especiadas y una mayor intensidad. Sin embargo, la verdadera singularidad reside en el esmerado programa de selección de barricas. Lejos de un enfoque estandarizado, cada lote de vino se evalúa individualmente, y se elige para su maduración el tipo de roble que mejor realza sus cualidades intrínsecas. Este proceso, que demanda una profunda comprensión de la interacción entre el vino y la madera, asegura que cada matiz de la uva se exprese con la máxima fidelidad.