Ilustrísimo Magistrado-Juez del Juzgado de lo Penal 4 de Málaga (España), D. Ricardo Puyol Sánchez (derecha), junto a la letrada Dña. Emilia Ramírez Campaña (izquierda). |
Si eres follower de este sitio o has hojeado el historial profesional, conoces mis especialidades universitarias en mercantil, derecho y economía, además de otras experticias, que me habilitan para optar al peritaje judicial, por lo que la tarde del miércoles la pasé en la sede del Colegio de de Economistas de Málaga (España), reciclándome en aspectos prácticos del informe pericial[1]. Una extensa temporalización en horas que se me pasó en un “plis plas”, donde los ponentes, excelentemente coordinados, trataron la figura del perito, requisitos, cualidades, clases, tacha, recusación y abstención, especificidad del perito judicial y lo relativo a los honorarios. También se centraron en la importante parcela relacionada con la responsabilidad del perito.
En su opinión, debido a la complejidad del mundo moderno y la extensión y avance de los conocimientos científicos, el dictamen pericial se convertido en un medio de prueba fundamental dentro del procedimiento judicial, por lo que el trabajo del perito tiene especial trascendencia a la hora de dictar sentencia lo que implica que fijar responsabilidades es imprescindible para el buen desarrollo de la actividad pericial. ¡Ojo! con el delito de cohecho, el de falso testimonio, o la incomparecencia en un procedimiento, así como la responsabilidad disciplinaria externa al proceso judicial o la responsabilidad deontológica. Finalmente, desarrollaron un enfoque práctico del informe pericial. En síntesis, una tarde bien aprovechada. Fuente de la imagen: elaboración propia.
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[1] formación impartida por el Ilustrísimo Magistrado-Juez del Juzgado de lo Penal 4 de Málaga, D. Ricardo Puyol Sánchez, junto a la compañera letrada, Dña. Emilia Ramírez Campaña.