miércoles, 12 de mayo de 2010

Ser abusivo del tiempo

Fuente de la imagen: qimono en pixabay
Uf! No pude aguantar cuatro horas sentado en una cuestionable silla de brazo. Pasadas las tres horas y pico, la espalda y el coxis se rindieron. Hablé con el examinador y le trasladé la situación. Me miró los supuestos que quedaban, uno y medio de nueve, hizo un cálculo previsional de los puntos mínimos por bloque y asintió con la cabeza. Me supo mal dejar el supuesto del Direct Costing, pero se me hacían eternos los cálculos a mano en el incómodo asiento. En fin, la suerte está echada. Parafraseando a Steven Berglas[1], espero no me catalogues como un ser abusivo del tiempo, en la categoría de “retardador”, debido a que estoy publicando excusas presuntamente concluyentes, con el objetivo de disimular el miedo a suspender. 

Berglas, además del perfil “retardador”, describía otros tres: el “meticuloso” o perfeccionista, que le horroriza el resultado de la evaluación de su ocupación, puesto o cometido, por lo que el trabajo, tarea o actividad tiene que quedar siempre inmaculada; el “anticipado” o preventivo, que procura el control de todo entregando el proyecto, informe… mucho antes de lo que debería; y el “solícito” o servicial, que es incapaz de decir “no”, como defensa para que no lo cataloguen de anacrónico, inservible o impropio. Lidiar con estos perfiles es todo un reto gerencial. Suerte (imagen de gifmania,com). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: qimono en pixabay
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[1]  Berglas, Steven. Chronic Time Abuse, Harvard Business Review. 2004.  Sitio visitado el 12/05/2010.