miércoles, 12 de diciembre de 2007

El merodeador

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Escribe L. Buchanan (2007), en Inc.com[1], acerca del confidente o merodeador de la dirección, The CEO Whisperer[2], esa persona que siempre está en los aledaños del director ejecutivo de turno y que lo merodea continuamente. Aún cuando el papel de un confidente no es oficial, todo el mundo en la empresa percibe quién es y, en cierta forma, está impaciente por saber lo que el director ejecutivo le dice a su confidente.  Estas figuras son muy valiosas para la dirección belicosa. Los confidentes llevan el mensaje del jefe a la oficina, lo que permite moderar ciertos pronunciamientos y humanizar un poco la imagen del que corta el bacalao. 

Además, dado que no sólo recolectan información sino que, además, la distribuyen, los merodeadores pueden actuar como termómetros de la organización. Sin embargo, este tipo de idilios funcionan sólo cuando las reglas están claras. La dirección no debería tratar a sus confidentes como chivatos, responsables de comunicación o voceros, sino como traductores consagrados a aproximar las diversas caras del director. Por otro lado, se debe conservar y amparar la confianza entre el líder y el confidente, y entre el confidente y el resto del personal. La dirección nunca le debe pedir a un merodeador que mienta o manipule[3].
_________________
[1] Sitio visitado el 12/12/2007.
[2] Buchanan, Leigh (2007). The CEO Whisperer. Inc.com. Sitio visitado el 12/12/2007.
[3] Ilustración del MEC. Fuente de la imagen: sxc.hu. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mvc archivo propio.