viernes, 11 de abril de 2025

Fluido Silencio de Confianza: Examen como Encuentro

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
El aula se impregna de una atmósfera particular, mezcla palpable de paz y quietud, antesala de expectación y concentración. Media hora antes del instante crucial, el espacio se convierte en mi santuario preparatorio. Dispongo con mimo sobre los pupitres los exámenes del primer parcial de la asignatura Derecho Administrativo Turístico (DAT), de tercero del Grado en Turismo de la Facultad de Turismo de la UMA, anticipando el flujo de ideas que pronto plasmará el estudiantado. En la pizarra, las coordenadas esenciales de la prueba: hora de inicio y fin, la estructura de los bloques, la asignación de puntos. Un ritual silencioso que precede al bullicio de la entrada. Cinco minutos antes de la hora señalada, las puertas ceden y el espacio comienza a poblarse. Rostros jóvenes, algunos serenos, otros con un ligero nerviosismo contenido, eligen sus puestos tras dejar atrás, en la tarima, el peso de sus mochilas. Un breve comentario sobre el contenido de la prueba, los requisitos de su realización, la indicación de inicio y un silencio activo se instala de pronto en el recinto. Entonces, comienza mi paseo pausado y continuo. 

No es una ronda de vigilancia suspicaz. No hace falta, puesto que los conozco suficientemente. Es un disfrute sereno del conocimiento en acción. Percibo la danza silenciosa de las mentes trabajando, el esfuerzo concentrado en los trazos de bolígrafo. Confío profundamente en cada persona que se enfrenta al reto de la necesaria evaluación. Lo saben, puesto que nuestra relación estudiante-docente se ha tejido a lo largo de estos meses, un conocimiento mutuo que va más allá de la mera instrucción. En ese momento, mi rol de profesor se entrelaza con la admiración por su dedicación. Ellos escriben, explorando los confines del Derecho Administrativo Turístico; yo camino, sintiendo la vibración del aprendizaje que emana de cada pupitre. Es una sensación única, indescriptible, un privilegio ser testigo de este despliegue de potencial. En ese instante, el aula se transforma en un crisol de visiones, un espacio donde el conocimiento fluye, solidificándose a través de la escritura, y el que te escribe, como docente, disfruta intensamente de ese espectáculo silencioso y, a la vez, poderoso. Feliz descanso vacacional.