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Para cualquier autor, el momento en que su obra ve la luz es, sin duda, un hito. Pero existe un placer singular y profundo que va más allá de la mera publicación: el de saber que ese trabajo, fruto de horas de investigación, reflexión y escritura, ha encontrado su lugar en los estantes de una biblioteca. Y si esa biblioteca es la de una institución académica, especialmente la de una universidad en la que se ha forjado o se comparte el conocimiento, el sentimiento se magnifica. La confirmación de que un texto como "
Compliance Penal, menos
prêt-à porter y más traje a medida" (M. Velasco, 2018)
[1] —con su ambicioso propósito de combinar la teoría y la práctica en la intrincada responsabilidad penal de las personas jurídicas, como señalaba la Dra.
Carmen Rocío Fernández Díaz en su iluminador prólogo— reside en bibliotecas universitarias, es una recompensa inmaterial de gran valor. Es la certeza de que esas ideas, ese esfuerzo por desentrañar un área tan dinámica y retadora del Derecho, están al alcance de nuevas generaciones de estudiantes, investigadores y profesionales. A lo largo de estos años, a través de internet he encontrado el rastro del manual en varias universidades españolas y reseñado en alguna que otra tesis doctoral y trabajos fin de máster y de grado.
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Pero es un honor especial, una alegría muy personal, constatar que el texto forma parte de la colección de la prestigiosa
Facultad de Derecho de la
Universidad de Málaga y ha sido acogido en la biblioteca de la magnífica
Facultad de Turismo de Málaga. Esta última ubicación resuena de manera particular, ya que la convergencia entre el Derecho y sectores económicos como el turístico es cada vez más vital y el
compliance es una herramienta esencial en la gestión y sostenibilidad de cualquier empresa, incluyendo las del ámbito turístico. Ciertamente, una biblioteca universitaria es mucho más que un sitio de libros y estudio; es un santuario del saber, un punto de encuentro de mentes curiosas, un trampolín para nuevas ideas. Saber que este trabajo contribuye, aunque sea modestamente, a ese acervo, que puede ser consultado por aquel alumnado que busca entender los retos del
compliance, o por un docente que prepara su clase, o por una persona que investiga y que busca una referencia, es parte de la esencia de la vocación académica y un espaldarazo para seguir caminando en la enseñanza. Es el reconocimiento de que el proyecto pedagógico y didáctico trasciende el escritorio del autor para convertirse en un recurso vivo al servicio de la comunidad del conocimiento.
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