miércoles, 22 de enero de 2014

Sigo pensando lo mismo

Fuente de la imagen: archivo propio
Hace casi nueve años, en el postSentir un proyecto empresarial[1], te escribía sobre el recorrido dimisionario de un perfil profesional y planteaba la siguiente cuestión: ¿Tan difícil es proceder según determinadas reglas, ser objetivo, velar por el provecho económico de las corporaciones, por sus recursos humanos y materiales, por los intereses de los clientes y proveedores… y, al mismo tiempo, practicar una ética empresarial? Ayer me acordé de este post cuando asimilé la noticia del ex-director de Bankia[2],  que fue despedido fulminantemente por sus dudas razonables sobre las preferentes[3]. Me extrañó que esto fuera noticiable, puesto que, como subrayaba en el año 1993, se escribe en la prensa, en revistas profesionales y se editan libros sobre normas de actuación, códigos de ética, culturas empresariales, responsabilidad social… pero, a la hora de la verdad, lo cierto es que el profesional se encuentra solo ante situaciones donde debe anteponer los intereses de su cliente o de su empresa a los particulares, cuando tiene que discernir entre lo correcto y lo chapucero.

¿En la práctica apreciamos lo que es ético de lo que no lo es? Hace más de veinte años (consultar párrafos finales del post arriba referenciado), pensaba que no estábamos preparados para conseguir cotas de comportamiento por encima de lo que establecen las leyes, porque la sociedad en sí no está concienciada y es ella la que redacta en la mente de los ciudadanos los códigos de actuación y establece y desplaza, hacia arriba o hacia abajo, los mínimos de moral empresarial. Hoy sigo pensando lo mismo. Existen empresas que sistemáticamente no incorporan a “buena gente” (ver “Elijo ser bueno[4]), salvo para ponerle la bota en el cuello, porque lo que quieren son tiburones, mala leche en resumidas cuentas. Así nos va. Cuando una persona decente denuncia “en los foros presuntamente adecuados”, se la vilipendia, se la despide y santas pascuas. Eso es lo que hay, o lo coges o lo dejas, como las lentejas y los demás tan panchos (Fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Sentir un proyecto empresarial. 2005. Sitio visitado el 22/01/2014.
[2] Caja Madrid, en Linares (Jaén, España), Antonio Gómez Ortega,
[3] La Sexta. Sitio visitado el 22/01/2014.
[4] Velasco Carretero, Manuel. Elijo ser bueno. 2010. Sitio visitado el 22/01/2014.