jueves, 24 de octubre de 2013

Inutilidad y Prescindibilidad

Fuente de la imagen: makamuki0 e pixabay
Esta semana en “Fundamentos de Derecho Público”, ante el comentario 
de Mercedes“salvo dos excepciones”en relación al planteamiento bicameral del constitucionalismo español, apunté: La Pepa y La Republicana (ver post: “El soma constitucional[1]). Luego, me sumergí toda la tarde en la búsqueda de una respuesta que me satisficiere sobre el sentido del Senado en mi país. Al final, redacté este texto que publiqué ayer en iurepost, bajo el título "El despropósito senatorial"[2] y que me tomo la libertad de transcribir esta mañana por si es de tu interés. Después de darle vueltas al coco, no encontré el valor democrático. Porque si me dicen lo de “cámara de representación territorial”, les preguntaré ¿Para qué? Y les diré “Tu tía”. Salvo lo recogido en el artículo 155, que ahora se pondrá de moda y percibiremos el tamaño y flexibilidad de su fibra muscular constitucional así como la verdadera y, por otra parte, única autonomía del Senado frente al Congreso de los Diputados, por lo demás: ¡Que no! Bueno, sí, como retiro dorado de políticos y poner terreno de por medio ante riesgos de judicialización. "No cuesta tanto mantener ese órgano constitucional" Susurrarán ¿Y qué? Responderé. Es gasto prescindible en cualquier caso y, por otro lado, depende qué se entienda por poco coste.

Escribe Pablo Ximénez de Sandoval en El País, “Ahora en serio, ¿y si cerramos el Senado?[3] sobre el agotamiento del debate sobre la creación de una “cámara de representación territorial”, a la que cataloga como la criatura peor diseñada de 1978. Apunta Pablo que constitucionalistas ya reflexionan abiertamente sobre la posible supresión de este órgano, pero me temo que está pasando igual a lo que sucedió en la década de los ochenta del siglo pasado en Italia: mucho debate y ni siquiera tomate. Inutilidad y Prescindibilidad. En resumen, entendería el Senado sólo como representación exclusivamente territorial, desligada totalmente del Congreso, por ejemplo en un estado federal o un estadio autonómico más avanzado al que tenemos hoy, en el que desentendidos juridisccionales, competenciales, históricos o emocionales, como el generado con el pueblo catalán, tuvieran su encuadre y obligada solución. Pero eso no es posible con el diseño actual y, como habitante del globo terráqueo, me da vergüenza estos despropósitos consentidos por todos, pero estamos en España y aquí comulgamos con rueda de molinos ante la guasa y el cachondeo de los de siempre (Fuente de la imagen: Wikimedia Commons). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: makamuki0 em pixabay.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. El soma constitucional. 2013. Sitio visitado el 24/10/2013.
[2] Velasco Carretero, Manuel. "El despropósito senatorial. Sitio iurepost. 2013. Visitado el 24/10/2013.
[3] Ximénez de Sandoval, Pablo. Ahora en serio, ¿y si cerramos el Senado? El País. 2011. Sitio visitado el 24/10/2013.