martes, 21 de diciembre de 2010

Zigzag emocional

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
La primera mitad del día laboral de ayer me dejó una sensación de tristeza, que no pude quitarme en el almuerzo, mientras escuchaba a una socia (¿Se dice "socia" o "socio"? ¡Uf!, con esto de la nueva gramática, no atino) en un proyecto y saboreaba unos espaguetis. 
Por la tarde[1] le comenté mi desánimo y me trasladó una situación similar. Hay días, en los que los elementos se confabulan de tal forma que cuesta levantar la loza de la congoja o desconsuelo. 

Nos encaminamos para una reunión con los delegados de personal del cliente. Saludamos. Nos sentamos en la mesa de juntas y las mentes, a través de nuestro cuerpo, comenzaron a explicar la propuesta y a propiciar un flujo de información bidireccional. Recordé la película de Clooney “Up in the Air” (ver post:Vivir en el aire[2]). Fueron dos horas intensas de trabajo. Finalizada la sesión, nos miramos y nos iluminamos. 

De vuelta, en el coche, reflexionamos acerca de los continuos zigzag en el estado anímico que pueden producirse a lo largo del día y de la importancia de la confianza, de la franqueza y de las personas proactivas, “factor humano” para levantar cualquier proyecto, por muy difícil que éste sea (dibujo de imagenes-gratis.net). Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Cuando recogía a otro socio de otro proyecto.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Vivir en el aire. 2010. Sitio visitado el 21/12/2010.