lunes, 6 de diciembre de 2010

Familia y trabajo

Fuente de la imagen: rollstein en pixabay
Muy tarde llego hoy a la cita matutina contigo. El motivo del retraso no es otro que el disfrute de momentos con la familia, tanto ayer tarde como en esta mañana. Ciertamente, el largo tiempo que dedico a la actividad laboral, profesional y empresarial puede reducir o peligrar la calidad de atención que les presto. 
Tampoco es cuestión de compensar a tus seres queridos con regalos de todo tipo. Con esa estrategia, al tiempo que consientes, resabias y estropeas a tu descendencia, pierdes la oportunidad de educarles en el ahorro, el sacrificio y el trabajo para alcanzar lo que se quiere. En mi caso, estoy intentando involucrar al querubín en lo que hago profesionalmente, por dos razones. 

La primera para que capte dónde estoy parte del día y el porqué no estoy. La segunda para que perciba que la dedicación al trabajo puede ser cordial, reconstituyente, animada e interesante. Por encima de todo lo anterior, se encuentra el cumplir la palabra. Si quedas con tu pareja a tal hora, cumple. Si te comprometes con tu descendencia en ir al cine, cumple. Si no cumples, la distancia entre ellos y tú se acrecienta y la relación se difumina y zozobra. Si estás en mi país, que disfrutes de esta corta semana de diciembre (dibujo de imagenes-gratis.net). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: rollstein en pixabay.