jueves, 18 de noviembre de 2010

Aguzar las orejas

Fuente de la imagen: Nonatickler en pixabay
Hay personas que hacen que te sientas importante. Te escuchan proactivamente, sin fingimiento, disimulo o falsedad. Al finalizar la disertación, te hacen una síntesis de lo que has pretendido difundir, que coincide con tus intenciones comunicativas. Me gustaría saber escuchar como ellos y ese anhelo precede a la cuestión de si sé escucharme a mí mismo.  Si no soy capaz de oírme, cómo sabré prestar atención a los demás. 

Debo instruirme en saber aguzar las orejas bien, escuchar, no interrumpir, no cortar la exposición de las ideas del otro, no contestar el consabido “ya lo sé”, no mirar a otro sitio mientras el emisor habla… Cuando me toque, tengo que hacer preguntas interesantes o, simplemente, callar, incitando al interlocutor a prolongar su disertación, al tiempo que sigo escuchando. 

Finalmente, mientras más escuchamos y más silenciamos nuestra inconsciente pretensión de relampaguear, más resplandeceremos ante los demás y más importante haremos sentir a la persona que atendemos (dibujo de imagenes-gratis.net). Imagen incorporada posteriormente; fuente: nonatickler en pixabay.