domingo, 18 de abril de 2010

Histeria renegociadora

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
¡Uf! La carrera de Fórmula 1, Gran Premio de China, en la Sexta, está al rojo vivo. La dejo un momento para redactarte el post. Como no tengo abuela ni boca prestada, te diré que en ciertos círculos disfruto de la relativa fama de decente negociador, comercial y diplomático. Ayer me lo recordó un familiar, cuando torpemente intercedía en un conflicto doméstico. Egos subconscientes y bromas aparte, desde unas décadas creo que soy consciente de algunas de mis limitaciones. 

Una de estas barreras era mi pánfila expresión y comunicación[1]. La detección de ese desajuste, me hizo centrar los esfuerzos en superarlo. Hoy no soy un fuera de serie en esta lid, pero sí estoy a años luz del perfil que regentaba antes. Llegar a acuerdos comerciales todos podemos, pero que ganen las dos partes es más difícil. Lo que aprendo de personas que para mí son maestros de la negociación, es que debemos ser proactivos, siempre tener presente “ganar ganar”, ponerte en el lugar del otro. 

La profunda crisis que estamos padeciendo genera la histeria por re-negociarlo todo, desde las lógicas operaciones importantes, hasta la compra de un bolígrafo. Si pudiéramos estudiar a posteriori cada una de estas gestiones, evaluaríamos cuestiones como qué estamos comercializando realmente, cuál es la bondad económica del precio fijado o qué correlaciones, sinergias y asociaciones se han aplicado y generado. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mvc archivo propio.
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[1] Lo que impedía despuntar en las relaciones comerciales.